Tomar mate para los argentinos, es mucho más que beber una infusión. Tomar mate acerca a los amigos y familias, es compartir las ganas de estar juntos, no importan las edades ni clase social.

Presente en el 90% de los hogares, la explicación de este fenómeno va más allá de razones, se trata de un vínculo emocional, el mate llega al corazón del pueblo argentino.
¿Por qué el 30 de noviembre es el Día Nacional del Mate?
El Congreso de la Nación Argentina, sancionó en diciembre de 2014 la Ley 27.117, la cual establece que el día 30 de noviembre de cada año se celebre el “Día Nacional del Mate”, en homenaje al caudillo Andrés Guacurarí, conocido popularmente como “Andresito”.
De familia guaraní, “Andresito” llegó al mundo el 30 de noviembre de 1778 en Santo Tomé (Corrientes) y gobernó la Provincia Grande de las Misiones. El único gobernador indígena de la historia argentina.
Andresito Guazurarí fue el principal capitán en la defensa argentina de los extensos territorios ubicados entre el río Paraná al oeste y el río Yacuy al este durante las invasiones luso-brasileñas.
La norma fue publicada en el Boletín Oficial en febrero del 2015, el primer día del mate fue el 30 de noviembre de 2015. Y este no es un dato menor, ya que mediante esa legislación se promueve que, en todos los eventos y actividades oficiales de índole cultural, se promocione el consumo de mate.
Los orígenes de nuestro mate nos llevan a la cultura guaraní.
Las hojas del árbol de la yerba mate (Ilex paraguariensis) eran utilizadas por los guaraníes como bebida, y eran objeto de culto y ritual, y moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánico como los incas, los charrúas y los araucanos, quienes recibían la yerba de los nativos guaraníes.
Para el guaraní, el árbol de la yerba es el árbol por excelencia: lo consideraban un regalo de los dioses, era una fuente de energía durante sus largas caminatas por la selva.
Los conquistadores aprendieron de los guaraníes las virtudes y formas de tomar mate, e hicieron que el hábito de tomarlo se difundiera al punto de organizarse un intenso comercio desde su zona de cultivo originaria, a todo el Virreinato del Río de la Plata.
Los Jesuitas y el mate
Más tarde los padres jesuitas incorporaron el cultivo en las reducciones distribuidas en la Argentina, Paraguay y Brasil.
Recién en 1903 en Santa Ana (provincia de Misiones) se realiza la primera plantación de yerba mate.
Las reducciones ubicadas en la Argentina, especializadas en la producción yerbatera fueron Nuestra Señora de Loreto, Corpus Christi y San Javier, estos pueblos contaban con importantes yerbales naturales e implantados.
Hasta entonces y por muchos años, la yerba que se consumía se cosechaba de los yerbales de la selva, que crecían en grandes densidades. La explotación irracional de estos yerbales y la tala de árboles nativos para el uso comercial de la madera, terminó agotando este recurso.
Infusión Nacional y muy saludable
El mate es, por lejos, la infusión con más arraigo en el país y por este motivo en el año 2013 el Congreso Nacional la declaró como “Infusión Nacional”. Durante el 2020 los argentinos consumimos 268 millones de kilos de yerba mate.
Los estudios encargados por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) revelaron que la yerba mate está presente en más del 90% de los hogares y que su consumo de mate caliente (el modo tradicional y más popular) aporta al organismo gran cantidad polifenoles, vitaminas del complejo B, potasio, magnesio y xantinas.
Los polifenoles son un poderoso antioxidante, que ayudan a aumentar las defensas del sistema inmunológico y a disminuir el envejecimiento celular.
Las vitaminas del complejo B contribuyen a aprovechar mejor la energía de los alimentos que ingerimos. El potasio y el magnesio son sustancias fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro corazón.
Las xantinas (cafeína, teobromina) son componentes naturales que estimulan el Sistema Nervioso Central; es decir, contribuyen al esfuerzo físico e intelectual.
El Mate en el Mundo
Con cinco siglos de historia y más de cien años de cultivo sistemático, la infusión se arraigó, se extendió a lugares impensados. De la mano de actuales “embajadores” de la talla de Lionel Messi, el Papa Francisco y su influencia en los medios y redes sociales, el mate comenzó a ser conocido a escala planetaria.
Durante el 2020 se despachó yerba mate argentina hacia 40 destinos, con embarques que totalizaron 42,9 millones de kilos. El caso más emblemático, y curioso a la vez, es Siria que concentra el 78% de las exportaciones y consume mate cebado.
En Chile, con el 10,8% de las exportaciones, también se consume mate cebado; mientras que el resto de los despachos se destinan a Líbano (1,8%), Estados Unidos (1,6%) y Francia (1,2%) y varios países más, donde básicamente se abastece el “mercado nostálgico” de los argentinos y latinos consumidores de yerba mate radicados en el exterior.
Matear en tiempos de pandemia
La presencia del Covid 19 obligó a reforzar los cuidados individuales, por ese motivo desde el todo el sector yerbatero se trabaja para brindar tranquilidad, tanto a los operarios de la actividad como a los consumidores, por medio de protocolos en los establecimientos y recomendaciones para disfrutar del mate de manera individual.
El Instituto Nacional de la Yerba Mate, comparte consejos para matear en estos tiempos.
Limpiar el mate después de cada uso: En el caso de que sea de calabaza o madera se debe higienizar con agua caliente y secar con un papel de cocina o repasador para evitar el crecimiento de hongos. En el caso de que el material sea vidrio, cerámica, metal o silicona, se lava con abundante agua potable.
La bombilla debe higienizarse luego de uso y al menos una vez al mes se debe realizar una limpieza más profunda sumergiéndola en agua hirviendo y dos cucharadas de bicarbonato de sodio durante 25 minutos. Se retira, se deja secar y en caso de haber quedado restos sólidos, fregar con un cepillo.
Los termos forrados en materiales porosos dificultan la limpieza y desinfección, o pueden deteriorarse en estos procesos. Los cepillos limpian vasos son muy útiles para eliminar restos sólidos dentro del termo.
Tratar de usar mates de metal o cerámica, que no sean ni estén recubiertos en materiales porosos, para que sean fácilmente lavables.
Lavar el mate inmediatamente después de cada uso.
El INYM recomienda lo siguiente con respecto a la limpieza del mate:
El raspado de residuos sólidos, lavado con detergente, enjuague, desinfección con lavandina o agua caliente y secado al aire de todos los elementos después de cada uso, es de fundamental importancia para prevenir el contagio del COVID19.
Es recomendable al terminar de tomar, tirar la yerba y enjuagar el mate, escurrir y dejar secar boca arriba. Es una equivocación habitual dejar el mate dado vuelta, pues impedimos que se seque bien y así propiciamos la formación de hongos.
Para limpiar mates de calabaza o madera:
Después de tomar mate, y si el mate es de calabaza o madera, es necesario lavarlo con agua caliente y secarlo con papel de cocina, para absorber bien la humedad. También puede usarse un repasador limpio. Todo esto lo hacemos para evitar que se formen hongos.
Para limpiar mates de vidrio, cerámica, silicona y metal:
Es mucho más fácil mantenerlos limpios, porque son materiales que no absorben la humedad del agua; y al no tener poros, como la madera o la calabaza, no se adhieren partículas extrañas.
Si el mate es de vidrio o cerámica hay que esperar a que se enfríe para que no se quiebre y lavar con agua natural de la canilla.
Recomendamos bombilla de acero inoxidables de resorte o filtro desarmable, evitando apliques, dijes o tallados, que facilitan la limpieza.
Para su correcta higiene, el INYM recomienda:
Lavar la bombilla después de cada uso.
Una vez al mes, realizar una limpieza profunda de la bombilla: sumergirla en agua hirviendo durante 20 minutos con dos cucharadas de bicarbonato de sodio.
Vinagre: repetí el mismo proceso que con el bicarbonato, pero usando sólo vinagre. Esto va a ayudar a sacar el sarro acumulado.
Se retiran las bombillas y se las deja sobre un paño limpio hasta que se sequen solas.
Luego fregarlas con un cepillo y quitar los restos de yerba.
En caso de que hayan quedado algunos sedimentos, existen unos cepillos de cerdas que pueden comprarse en ferreterías o bazares.
FUENTE: Instituto Nacional de la yerba mate