En el siglo XIX las pulperías fueron establecimientos de ramos generales, en los que se ofrecían a los clientes productos de la vida cotidiana, como alimentos, bebidas, medicinas, carbón o telas. Pero también era un lugar de reunión para tomar una copa, jugar naipes y no faltaba una guitarra por lo que los gauchos podían tocar música y cantar. A menudo había bailes y payadas.

En la actualidad, en zonas rurales especialmente de la provincia de Buenos Aires, existen pulperías que continúan cumpliendo la función de aquellos viejos establecimientos, otras en cambio, fueron acondicionadas, con el fin de conservar su valor histórico cultural y ofrecen a los visitantes un paseo rural acompañado de un servicio de comidas tradicionales. Aquí repasamos 4 pulperías para visitar en la provincia de Buenos Aires.
El Palenque – Uribelarrea
Una vieja esquina, de más de 100 años, veredas de ladrillo gastado y mucha historia. Antes de que Uribelarrea fuera un foco de atracción turística, El Palenque era un almacén de ramos generales, algo que se percibe en cada rincón.
Desde hace algunos años, este sitio se convirtió en un concurrido restaurante que absorbe la demanda de quienes se escapan un rato de la ciudad. En sus paredes reposan con orgullo hechos acaecidos en Uribelarrea, como el sector dedicado a las películas que allí se filmaron –Juan Moreira, de Leonardo Favio, o la mismísima Evita, de Alan Parker, y con Madonna como protagonista.
Pulpería Los Ombúes – Exaltación de la Cruz
Entrar a Los Ombús es un pasadizo al pasado, hacia épocas en las que pasaba el tren, no había luz y los bailes se hacían con música en vivo, alumbrados con farolas a kerosene. A pesar del paso de los años, esta icónica pulpería sigue tan vigente como su primer día. Un punto de encuentro para trabajadores rurales, con mesas de truco y pool, adornadas con picadas pampeanas y vermú. Cinzano, Fernet y soda en un vaso simple, sobre la barra de chapa.
En Los Ombúes todavía se conserva la reja que separaba al cantinero de los gauchos, empotrada en el sitio que ocupa hace un largo siglo; las viejas y anchas paredes de pesado adobe, y los palenques, oxidados, que resisten el paso de un tiempo que aquí juega a detenerse.
Datos útiles: a 5,8 km desde la ruta 193 (pavimento en mal estado).C: (02326) 15 47-2477.
Abierto al público todos los días de 8:30 a 12:30 y de 17:30 a 21hs
La Protegida – Navarro
Es una antigua esquina que solía funcionar como posta de diligencia y almacén, propiedad de un sirio-libanés. Cerrada durante varios años, fue reabierta por Raúl Lombert, un fanático de las antigüedades que inundo el espacio de cucherías llamativas.
Hoy, además de pulpería, es un museo de objetos propios del cotidiano vivir que durante cuatro décadas fueron recolectados por Lombert. Hasta acá vienen, todos los fines de semana, curiosos y viajeros, quienes se codean con los asiduos parroquianos del pueblo que siguen visitando sus pisos gastados.
La Vieja Esquina – Mercedes
Fue el primer almacén de la hermosa ciudad de Mercedes. De ello es testigo una enorme barra de cedro que serpentea dentro del local y una antiquísima máquina registradora, todavía en funciones. Al fondo, a modo de decoración, los estantes y botellas viejas que resumen su historia: acá también funcionó una fábrica de bebidas espirituosas. En los 80, cuando se reconvirtió en un bar, La Vieja Esquina empezó a ser frecuentada por funcionarios judiciales, quienes la apodaron como “Secretaría 10”.
Hoy por hoy sigue captando a mercedinos, en especial a jóvenes, quienes lo adoptaron como un sitio de encuentro nocturno.
FUENTE: El Planeta Urbano