En Río Negro no es lo mismo Frío que Frías

Las primeras denominaciones fueron impuestas por viajeros chilenos. La que prevalece, homenajea a un político y diplomático que supo defender intereses territoriales argentinos.

Lago Frías, Río Negro

En el presente, reciben el nombre de Frías un lago, un río y un cerro. Los dos primeros, se llamaron en principio Frío, pero la similitud no debe prestarse a equívocos. La denominación que prevaleció hasta nuestros días no tiene que ver con la temperatura de las aguas o con el clima que predomina sobre la cordillera, sino que alude a Félix Frías, político argentino del siglo XIX que argumentó con vehemencia a favor del punto de vista argentino en el diferendo limítrofe con Chile.

El lago se ubica en el extremo occidental del brazo Blest del Nahuel Huapi, con el cual se conecta a través del río. Éste tiene varios orígenes, pequeños cursos de agua que vienen del lago Los Témpanos y del Paso de las Nubes. El cerro tiene una altura de 1.800 metros y queda al noreste del lago del mismo nombre. También hay un glaciar de idéntica denominación que se levanta en el límite con el país vecino.

“Las primitivas denominaciones que tuvieron lago y río, fueron las de Frío”, rescató Juan Martín Biedma en su “Toponimia del Parque Nacional Nahuel Huapi” (Editorial Caleuche 2004). Las impusieron los expedicionarios chilenos Vicente Gómez y Federico Geisse. Según el relato de Francisco Fonck, “ellos (Gómez y Geisse) tomaron enseguida otra dirección para obtener una vista amplia del lago, lo que no consiguieron, pero en cambio descubrieron en esta excursión el importante lago y río Frío, dándole este nombre por lo frío de sus aguas, que como sabemos, descienden de un ventisquero”. La exploración de los trasandinos se produjo en 1855.

El río fue objeto de rebautismo tres décadas más tarde. “El teniente Eduardo O’Connor, cuando llegó a la desembocadura del río en el Nahuel Huapi, el 10 de enero de 1884, olvidando o desconociendo la denominación impuesta por sus descubridores y mantenida por Fonck y (Fernando) Hess en 1856 y (Guillermo) Cox en 1862, bautizó al río como Blanco debido al color de sus aguas”, consigna la obra de Biedma.

La mano de Moreno

En definitiva, “el nombre actual del lago se debe a Francisco P. Moreno, quien quiso con él homenajear a Félix Frías, distinguido hombre público, diplomático, legislador y convencional. Como embajador plenipotenciario en Santiago de Chile, defendió documentadamente nuestros derechos en la espinosa cuestión de límites, volcando todo su tacto para impedir un conflicto armado”, consideró el investigador.

Para Biedma, Frías fue “fogoso orador, escritor de talento y fino estilo, fue sobre todo paladín del catolicismo en momentos en que el positivismo arrastraba a muchos compatriotas. Su integridad y patriotismo nunca discutido, merecieron el respeto de todos sus contemporáneos, aunque militaran en campos adversos y claro ejemplo de hombre de bien para todas las generaciones”, exaltó el autor.

En realidad, Frías conoció el exilio por razones políticas, quiere decir que no todos sus contemporáneos profesaron respeto hacia su figura. Retornó al país una vez que Juan Manuel de Rosas abandonó el poder y precisamente, parte de sus años de exilio habían transcurrido en Chile. En 1877 fundó el Club Católico para enfrentar el laicismo del Partido Autonomista Nacional, en el poder desde 1874. Dejó de existir en París en 1881. Nunca anduvo por estas latitudes.

FUENTE: El Cordillerano FOTO: EcuRed

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