¿Final para un importante museo de nuestra tradición?

Colocado en el frente del Museo Florencio Molina Campos, el cartel de una conocida firma inmobiliaria local, anuncia claro y breve, “VENDE”, señalando el fin de la existencia de la reconocida institución morenense, que llegó a ser el museo privado más importante de la provincia de Buenos Aires.

María Elvira Ponce Aguirre, esposa y amiga, como la definiera el propio pintor, “Elvirita”, como gustaba ser llamada, fue quien dio vida al Museo Florencio Molina Campos, el que resultó oficialmente inaugurado el 24 de noviembre de 1979. El mismo fue construido sobre dos terrenos que diez años antes comprara la propia Elvirita. Su estilo arquitectónico, en cuyo diseño tuvo activa participación el historiador Juan Carlos Ocampo, es el de una gran casona, con amplias galerías, similar al de las viejas estancias bonaerenses, construidas alrededor de 1870-1880, en las que influían el viejo estilo colonial y el italiano, de moda en la época, con reminiscencias clásicas, por sus columnas, preferido para las quintas de las afueras de la Capital Federal y por los constructores y albañiles de origen italiano. El edificio cuenta con un mirador, que en las antiguas quintas y estancias servía para mirar el horizonte u observar el movimiento del ganado. El tanque recuerda a los palomares con que contaban aquellas estancias y las salas a los costados, antes del ingreso al amplio salón, también responde a las viejas casonas. En el jardín, cada árbol tiene su razón de ser, todos ejemplares autóctonos, allí se encuentra la vivienda de los cuidadores del lugar.

El museo albergaba las pinturas, oleos, acuarelas y dibujos del destacado Molina Campos, que Elvirita había logrado reunir mediante donaciones de coleccionistas del país, los menos, siendo muchas de las piezas más destacadas, las donadas por Joshua B. Powers y la fundación Laroque Tinker, coleccionistas norteamericanos, de la obra del pintor argentino. También se exponían algunos objetos personales, como fotografías, afiches de exposiciones y muestras pictóricas, su poncho, el sombrero, su facón y pañuelo de seda, también la paleta y pinceles, mates de plata, entre otros. Así, el museo alcanzó trascendencia internacional.

El último día de octubre de 1998 falleció su promotora y fundadora, ese año el museo contaba con algo más de 140 cuadros, con obras originales, además de los famosos almanaques de Alpargatas. Por esa época, cada obra de Molina Campos, se estimaba que cotizaba en el mercado unos 40 mil dólares promedio. Con el nuevo siglo, la institución ingresó en una etapa de crisis que obligó a una actividad irregular, con cierres y aperturas, hasta llegar al 2013 cuando se anunció la continuidad de actividades que no duró mucho tiempo. En 2019, cerrado el museo, el mismo sumaba 122 obras del pintor de Cascallares.

La obra de Molina Campos está íntimamente ligada a Moreno, con el cielo y la pampa que veía en su casa, frente al Río Reconquista, y luego transportada a sus cuadros. Sin embargo, cabe preguntarse ¿valoramos el genio sin igual de Molina Campos y al Museo que resguarda su obra? ¿Por qué la comunidad morenense no reacciona frente al vaciamiento cultural y artístico que significa el cierre definitivo del Museo? ¿Es cierto que el patrimonio artístico del Museo Florencio Molina Campos será transferido a un Museo de San Antonio De Areco?

Cualquier destino que se le quiera dar a los bienes de una fundación, requiere de la aprobación de la autoridad de contralor, que en este caso es la Dirección Provincial de Personas Jurídicas, dependiente de la Subsecretaría de Justicia del Ministerio de Seguridad Provincial, ¿existe esa aprobación o permiso? ¿Las autoridades municipales y el Poder Judicial local no tienen interés en intervenir para salvaguardar al Museo y su patrimonio artístico y cultural?

Estos y otros, son por ahora interrogantes sin respuestas. Lo cierto es que, si Elvirita se levantara de su tumba, moriría del disgusto al comprobar la falta de interés en cuidar la obra de uno de los artistas más famoso de la Argentina.

FUENTE: Desalambrar, Noticias de Moreno por Oscar “Tito” Passarelli (historiador morenense)

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