Por Amalia Vargas
El culto a la Madre Tierra es uno de los más extendidos en las culturas tradicionales de todo el mundo. En Sudamérica por solo mencionar algunos casos, es la Mapu entre los mapuches, Thaka Honat para los wichi o Ywy Rupa para los mbyá- guaraníes. Es la Coatlicue de los mexicanos de Mesoamérica y Gea o Gaia de los griegos.
A partir del 1º al 31 de agosto se celebra en el mundo andino y en muchas otras comunidades y ámbitos urbanos el tiempo de la Pachamama, tiempo de agradecer por lo recibido. Aquí compartimos una breve reseña y plegaria recopilada por los primeros cronistas, para dar cuenta de su importancia.

Una parte de la historia. La fortaleza de una tradición
A partir de mediados del siglo XVI bajo el impulso intelectual del régimen del Virrey Francisco de Toledo aparecen numerosas crónicas de la mano de personalidades del mundo religioso y laico que se muestran sinceramente interesados en indagar la cultura material y espiritual de los pueblos andinos. Aunque algunas también, ostentan el propósito de destruir las creencias y los rituales autóctonos aún subsistentes, de hecho, tras la convocación del primer Concilio Limense (1551) miembros de diversas órdenes religiosas son enviados como visitadores y extirpadores de idolatrías hasta las más remotas comunidades de la sierra andina, a fin de rastrear el sustento espiritual de creencias ritos y fábulas indígenas. (Porras Barrenechea 1986: 34) y decretar el triunfo del Evangelio y las enseñanzas católicas.
En este clima la mayoría de los cronistas de la época dispersan sugestivos detalles sobre la veneración tributada a la Tierra, tanto en su condición de madre, como en la relación a la terminología reverenciales, a los sacrificios y ofrendas ceremoniales y a los antiguos adoratorios dedicados a la misma, citó entre varios textos a Polo de Ondegardo y Murùa.
“Después del Viracocha (a quién tenían por señor supremo de todo y adoraban consuma honra) adoraban también al sol, a las estrellas y al trueno, a la tierra que llamaban Pachamama y otras cosas diferentes” Odegardo (1571: 265)
“Era cosa común entre los indios adorar a la tierra fértil y a la tierra que llaman pachamama y máncpacha derramando chicha en ella, coca y otras cosas para que le haga bien” Murùa (1590:278)
Como podemos observar esta ceremonia y muchas otras son muy antiguas, aparecen en las primeras crónicas, como en las imágenes de Guamán Poma de Ayala.
Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua, fue uno de los cronistas que recopiló en épocas del Virreinato del Perú, fines del siglo XVI- siglo XVII, autor de la obra Relación de las antigüedades del Perú, del cual tomamos esta plegaria en quechua- runasimi.
Ah Wiraquchan
Tiksi Qapaq
Kay qari kachun
Kay warmi kachun
Willka willka Apu
Hinantin achikcha
Kamaq
Maypin kanki
Manachu rikaykiman
¡Ah, Viracocha, de todo lo
existente el poder
que éste sea hombre,
que ésta sea mujer!
Sagrado… Señor,
de toda luz naciente
el hacedor.
¿Dónde estás?
¿No podría verte?
Podemos decir que en las últimas décadas, el culto a Pachamama se ha intensificado a partir de la presencia más fuerte de los pueblos indígenas-originarios; de la reemergencia de lo femenino a nivel planetario y del auge de la protección y cuidado del ambiente, incluso en los ámbitos urbanos en donde las ceremonias se multiplican año tras año y en las cuales se pide para “que el hombre no siga contaminando los ríos, el aire, el suelo y para que no se siga quitando la vida a otros seres humanos y animales”

¿Quién es Pachamama?
Pacha es un término quechua y aymara que significa: cosmos, tiempo, espacio, mundo, universo. Habitualmente se relaciona la palabra compuesta Pachamama como “Madre tierra” desde el español, pero tiene un sentido más amplio y complejo, abarca la totalidad del tiempo y del espacio universal. Ella es la Gran Madre originaria de la Tierra, que controla las potencias de la naturaleza. Es la esencia femenina dadora de vida.
Ella es la Madre de esos tiempos, de esos espacios. hallpa en quechua o runa simi es tierra, es por ello que debemos entender y conocer a quien le hacemos la ceremonia.
La Pachamama representa a la Tierra y todo lo que vive en ella, pero no solo el suelo o la tierra geológica, así como tampoco solo la naturaleza; es todo ello en su conjunto, pájaros, plantas etc. No está localizada en un lugar específico, pero se concentra en ciertos lugares como manantiales, vertientes, o apachetas. Es una deidad inmediata y cotidiana, que actúa directamente, por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndose sustento o disculpándose por alguna falta cometida en contra de la tierra y por todo lo que nos provee.
La Pachamama es la fuerza germinadora de la naturaleza. Como los mortales que cobija, ella también siente hambre y sed, ella está viva en su totalidad. Cuando empieza agosto los Pueblos andinos nos preparamos para dar de comer a la Madre tierra, ella es la madre de todos los espacios. Es una deidad protectora y proveedora de todos los seres humanos, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, el pastor de la Puna meridional está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no solo en los momentos y sitios predeterminados por el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad.
¿Cuándo hacemos la ceremonia?
Ya por la noche del 31 de julio sahumamos. Algunos le dan de comer en la madrugada antes que salga el tata inti (padre sol) otros a la mañana, esto varía según las regiones, le dan de comer al medio día como una persona. Para ello, se abre la boca de la tierra de forma circular, luego se adorna el borde con flores, se sahuma con KHOA (hierba andina que se usa para purificar y limpiar espacios) y otras hierbas de la zona, para luego dar todo tipo de comidas y bebidas, en la zona de Jujuy en su mayoría debe estar cocida. Lo primero que brindamos son hojas de coca, chicha, agua, alimentos naturales sin químicos. Alimentos dulces y otros que tengamos en nuestras regiones. Este acto es acompañado de agradecimientos e invocaciones a la Pachamama.
La madre tierra es generosa con la gente buena, pero no tolera a los ingratos e incrédulos que no la “corpachan” (no le dan de comer), dicen los abuelos, hay que ser agradecidos.
Sin embargo, debe considerase asimismo que la Pachamama tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades, es por ello también que se debe pedir permiso a sus espacios para evitar enfermedades de la tierra.
¿Qué es el ayni?
Es la reciprocidad, un intercambio para nuestros pueblos andinos, es muy importante cada acto o actividad de una persona condiciona o es consecuencia del acto de otra persona, así en todo momento estamos dando y recibiendo, pero antes de debemos aprender a dar, debemos prender de la pacha. Es por ello que debemos compartir con la Pachamama y con cada uno de nuestros hermanos y hermanas.
Los abuelos y abuelas dicen en la vida todo fluye, a veces recibimos y otras damos; la interacción de las dos fuerzas genera vida. Hay que saber dar con munay/amor, y saber dar agradeciendo por todo lo que recibimos. Agradecer es saber recibir; recibir el brillo del Padre Sol, la fuerza luna, la fuerza de la Madre Tierra, fluir como la Madre Agua y todo lo que la vida nos da.
Para recibir hay que ser agradecidos dicen las abuelas, para cosechar hay que sembrar y nosotros sembramos en este mes de agosto, porque la boca de la gran madre tierra y todos los espacios están abiertos para escucharnos para recibir todo lo que estemos dispuesto a dar, aunque sea solo una semilla y un vaso de agua, ella siempre te lo devolverá en abundancia.
Hoy en este tiempo de pandemia, lo que la Pacha nos está enseñando es a cuidarnos con plantas, con alimento, nos enseña a que cada uno podemos hacer nuestras ceremonias en casa, es tiempo de recuperar nuestras memorias ancestrales. Es tiempo de pensarse abundante, pensarse sanos y hacerse uno con la Pachamama. Con la Madre del tiempo y espacio.
Amalia N Vargas
Pukio Sonqo
Lic. en Culturas Tradicionales
Prof. Danzas Folkloricas y Bellas Artes
Magister. en Cultura y Sociedad (Sistemas de Creencias)
Fuentes:
Murúa, Martin de (1946) (1590). Historia del origen y genealogía real de Los Reyes incas del Perú. Madrid. Ondegardo Juan Polo de (1985) Los errores y supersticiones de los indios. “Sacado del tratado y averiguación que hizo el Licenciado Polo” (1571) En Doctrinas Christianas y Catecismo para instrucción de los indios de otras personas que han de ser enseñadas en nuestra santa fe. Luis Pereña. Ed. pp 265-283. Madrid Concejo Superior de Investigación científica.
Santa Cruz Pachakuti Yamqui Salcamaygua Juan de (1968) Relación de las antigüedades desde el Reino del Piru (1613) En crónicas peruanas de interés indígena, Francisco Ester Barba. Ed, pp, 281-319. Biblioteca de autores españoles, 209. Madrid. Atlas.
Vargas Amalia (2020) Rituales de vida y muerte en el mundo andino. Editorial Biblos Argentina.
Fotos: La voz/Infobae