Ubicado hacia el sur, casi llegando a la Patagonia, se encuentra una de las maravillas de Mendoza que impresiona tanto a turistas como a locales y debe su nombre a una leyenda.

La estructura geológica se encuentra en el departamento más austral de la provincia de Mendoza, junto a la ruta provincial Nº 222. El fenómeno natural ha sido catalogado como una dolina, que alude a un tipo especial de depresión geológica.
“Se llama así porque al ingresar el viento genera ruidos que se asemejan a gritos, entonces se cree que son almas que están en pena y piden en la noche”, contó Miriam Verdugo de la Dirección de Turismo de Malargüe en diálogo con Cadena 3 y agregó: “Son dos ojos que tienen paredes y que han sido deterioradas a lo largo del tiempo”.
La leyenda cuenta que unos aborígenes de la zona eran perseguidos por sus contrincantes y que al atravesar el lugar sus oponentes se ahogaron en el pozo. Desde entonces el fenómeno fue venerado por la comunidad.
FUENTE: Cadena 3