El Festival de Arte Sonoro Indígena que tuvo lugar el fin de semana pasado en Puerto Iguazú, provincia de Misiones, no sólo cumplió con la Ley 27.539 que regula la participación de artistas mujeres y personas de identidad de género autopercibido, sino que dejó un halo de inicio de reparación histórica hacia nuestras culturas ancestrales, desde siempre invisibilizadas tanto por el Estado como por la sociedad en general.
El festival fue organizado por el Instituto Nacional de la Música (INAMU), junto al Ministerio de Cultura de la Provincia de Misiones, y contó con el apoyo de la Municipalidad de Puerto Iguazú y el Ministerio de Cultura de la Nación.
Tres artistas expresaron su alegría de estar en el festival. De sangre tehuelche y mapuche, Carina Carriqueo utilizó el canto y algunos relatos para representar a su pueblo. “Esto es un gran paso para la reparación histórica que necesitan todas las primeras naciones de Argentina. Sirve para reivindicar a nuestros hermanos y hermanas, para que se sepa que tenemos muchísimo arte, muchísimo para decir y mostrar, para crear una sociedad mejor y realmente integradora”.
Con respecto a las situaciones de violencia que atraviesa su pueblo, expresó que “lo que vengo haciendo en estos últimos conciertos es dedicarles cantos de cuna, los cantos de una machi, que para nosotros son muy importantes. Con el canto abrimos conciencia”, aseguró esta artista, reconocida tanto por su trabajo vocal como por sus relatos. Sus inicios fueron en el quinteto vocal “Chacayal”, allá por el 2002, “y fue Jorge Sánchez quien me animó. Empecé con el thail, el canto sagrado que es a capella, después sumé el ülkantun, que se acompaña con un instrumento”. Hace unos pocos años que “se largó sola” a la escena, como difusora de la cultura mapuche. Asimismo, desde 2021 coordina el Ciclo de Músicas Originarias en la Biblioteca Nacional, que se propone poner en valor la cultura originaria.
“A nivel nacional este encuentro es único, porque nos permite reunirnos y escuchar tal variedad de música; algunas yo no las había oído antes. Pero, además, me sorprendió la cantidad de gente que vino de visita y lo disfrutó. Y todos tuvimos una voz de lucha en el canto, en el arte, que es lo que sabemos hacer, cantar, hacer sonar nuestros instrumentos. Y creo que la gente lo entendió”, dijo la cantante.
En escenario, Mariana Carrizo agradeció a la realización del festival, deseando “que sea el nacimiento de algo más grande”. La coplera de los valles calchaquíes de Salta contó que ella (como tantos otros artistas originarios) cantó “desde que era un proyecto. Cantaba coplas con mi abuela cuando pastoreábamos ovejas en los cerros. Luego esa cima han sido los escenarios y ustedes la inmensidad que me acompaña”.
“Lo que hago, lo que vengo haciendo hace años es transmitir el canto qom, la memoria colectiva de mi pueblo. Y es algo muy emocionante estar acá, ojalá esto siga. A nosotros nos da la oportunidad de encontrarnos, darnos un abrazo”, dijo Ema Cuañeri. La cantante, artesana y narradora qom recordó que, en los años 2001, 2002 y 2003 “se hizo en Formosa un Encuentro de Pueblos Originarios, al que vino gente de todo el mundo: de Canadá, de Alaska y de otros puntos. Pero luego de eso no se hizo más nada. Ojalá esto siga. Que resurja lo nuestro y que se haga oír el canto nuestro. Que nuestra lengua siga viva, la de los qom, pilagá, wichí”, apuntó. Con más de 38 años de trabajo como docente en su comunidad, a 10 kilómetros de la capital formoseña, Ema dice sentirse reconocida. Sin embargo “hay que seguir haciendo, trabajando para el reconocimiento, no a mi persona, sino al pueblo en general”.
Así pasaron decenas de voces, de culturas ancestrales y casi desconocidas para el oído no avezado. Voces, cantos e instrumentos. Historia de un país que se sabe plural y es hora de comenzar a demostrarlo.
FUENTE: Cultura Gobierno de Misiones