Conocida como “La catedral del Tango”, fue fundada en 1989. Hace 33 años que su escenario todas las noches ofrece lo mejor del tango argentino al mundo. Los creadores de este espacio para 1.200 personas son Fernando Soler y Soledad Soler.

El barrio porteño de Barracas recupera uno de los lugares más emblemáticos. En marzo del 2020, cerró sus puertas Señor Tango y ya nada volvió a ser igual. Conocida como “La Catedral del Tango” es una tanguería de fama internacional que todas las noches recibía 1.200 visitantes de todas partes del mundo. Sus creadores, Fernando Soler y Soledad Soler no se dieron por vencidos. Decidieron esperar y creen que llegó el momento de volver a levantar el telón. Una noticia que pone feliz al mundo del tango.
Señor Tango nació en 1989, muy cerquita de donde hoy se puso un bandoneón, en homenaje a Eduardo Arolas, el Tigre de bandoneón. Era un lugar pequeño de apenas 200 lugares. Recién en 1994, se mudó a Vieytes 1655, siempre en el barrio de Barracas.
Los músicos más representativos del dos por cuatro pisaron su escenario: Mariano Mores; Ernesto Franco y su orquesta típica, quien fue primer bandoneonista de Juan D’Arienzo; Leopoldo Federico y su gran orquesta; José Pepe Colángelo, quién fue director Señor Tango; hasta Ariel Ramírez presentó su Misa Criolla; Raul Lavié; Guillermo Fernández; Enrique Dumas; Rubén Juárez; Hugo Marcel y Néstor Fabián, entre otros.
Famosos de todas partes del mundo firmaron el libro de visitas: Vittorio Gassman; Catherine Deneuve; Salma Hayek; Catherine Z Jones; Michael Schumacher presentó su Ferrari en el escenario de Señor tango; Robert Duval; Rod Stewart, Liza Minnelli y Luis Miguel fueron tres veces, Liza cantó y bailó; Joaquín Cortes; Gloria y Emilio Stefan, hasta Armando Manzanero decidió pasar un 31 de diciembre ahí. El listado de presidentes de todo el mundo es larguísimo.
El matrimonio Soler vive para Señor Tango, viajan a todas partes para promover la apertura. “Estamos cerrados desde el 16 de marzo, algo duro porque le damos trabajo a mucha gente. Más de 200 trabajadores, 40 artistas, una gran cantidad. Pensamos mucho que hacer, hablamos con todo el mundo, funcionarios del área turismo y todos nos decían no pueden cerrar, pero ni un crédito nos dieron. La gente que trabajó con nosotros ha sido excelente, les pagamos lo que pudimos, siempre le mantuvimos al día su obra social y nadie nos mandó una carta documento. Todos los empleados nos apoyaron, se ofrecían a ayudarnos a limpiar, a pintar. Les estaremos eternamente agradecidos. Justo nos habían venido a buscar para abrir Señor Tango en Brasil y Miami, pero llegó la pandemia y no sabíamos que hacer. No queríamos cerrar para siempre, nos ocasionaba un gran dolor en el alma. En el 2001, tuvimos que achicarlo a la mitad, pero no lo cerramos”, contó Soledad Soler, la eterna compañera de Fernando Soler, hace poco cumplieron 40 años de casados.
En noviembre pasado estaban casi listos para abrir y llegó la variante Omicron, se complicaba el ingreso de turistas al país. “Estamos preparando la reapertura de Señor Tango para el 1 de abril, si Dios quiere. Pintamos, rearmamos los camarines separándolos por parejas, estamos renovando luces y mapping para mostrar un espectáculo diferente”, contó Soledad Soler.
¿Cuánto sale ir a Señor Tango?
Las entradas ya se pueden reservar. “Cena show con bebidas incluidas y champagne incluido cuesta $15.000 por persona para extranjeros. Si se trata de argentinos o residentes argentinos hay dos por uno, dos personas pueden ver el show por $7.500 por persona. A los jubilados, les hacemos un precio especial, nos acompañan desde hace mucho tiempo. Pueden venir cualquier día de la semana, les ofrecemos show con una copa por $1.800 por persona para jubilados”, explicó Soler, quien se desempeña como gerente de marketing.
La alegría de esta reapertura los emociona. “Para nosotros significa volver a vivir, la tristeza se estaba apoderando de nosotros. Uno tiene muchas ilusiones, dice, ya va a pasar. Cuando ve que pasa el tiempo y todo se complica más, es muy triste. No le puedo echar la culpa a nadie por la pandemia, pero reabrir nos devolvió la sonrisa”, dice Soledad Soler.
FUENTE: BAENegocios