Tangos sentidos para bandoneón y guitarra

“El disco me llegó dos días antes de su cumple, así que el 4 de diciembre se lo llevé”, cuenta Martín Tessa. El nombre del cumpleañero es también el título del disco: Rodolfo “Cholo” Montironi. Con la participación especial de Martín Tessa (Melopea Discos). La admiración que se profesan es mutua, y la escucha del disco lo rubrica: “Es un fenómeno, lee y toca los arreglos a primera vista. Además, es una persona divina”, dice Montironi de Tessa.

“Hacía varios años que el Cholo me decía que quería que hagamos algo juntos y no se concretaba, hasta que un amigo en común, Lautaro Kaller, me dice: ‘bueno, agarrá la guitarra y vamos a su casa’. Llegamos y él tenía preparados dos temas para mí. Ahí empezamos a planear esto de ensayar un poquito e ir a grabar. Se fue dando. Todos los arreglos son suyos salvo alguna cosita pequeña que cambiamos en el ensayo, sobre todo en la guitarra. Los primeros cuatro temas los grabamos en lo de Carlos Quilici. El Cholo me daba dos o tres temas, íbamos de Carlitos, los ensayábamos y grabábamos. También empezamos a ir a un estudio, a Berimbau. En un momento me pidió grabar un tema mío; le llevé dos o tres y eligió ‘Carreteando’. Que un maestro como el Cholo arregle un tema mío fue una experiencia hermosa. Tuvo clarísima la concepción del repertorio, como todo maestro tiene muy claro lo que quiere hacer, no sólo en la elección de los temas sino en la manera de tocarlos”, explica Martín Tessa.

El disco incluye mayormente tangos (y dos bonus tracks, ver más adelante), entre composiciones de Montironi y otras de autores como Rosendo Mendizábal, Francisco De Caro/Mario César Gomila, Aníbal Troilo/Cátulo Castillo, Joaquín Mora/Juan De La Calle. Pero también elecciones diferentes. “Yo grabé en Europa tres discos de bandoneón solo, y la música española e italiana es muy bonita también, por eso grabamos ‘La leyenda del beso’ –zarzuela de Reveriano Soutullo y Juan Vert- y ‘Fantasía ibérica’ –malagueña de Montironi-, que hice con Paloma San Basilio, con quien hicimos la ópera rock Evita; una mujer extraordinaria, que gustaba del tango. Hay también zamba –‘La Compañera’ de Oscar Valles-, estilo con ‘Pobre mi madre querida’ -de José Betinotti-, y ranchera con ‘Ranchereando’”, refiere Montironi.

El recorrido musical se percibe íntimo, en un diálogo de bandoneón y guitarra que es también un vínculo generacional. Al respecto, Tessa recuerda que “lo conocí al Cholo poquito tiempo después de comenzar a tocar tango, en el ’97 y ’98. Cuando lo ves tocar, te deslumbra, así que cada vez que tocaba yo estaba presente. Es un tipo que tiene muy claro lo que quiere hacer, es un maestro indiscutido de su instrumento, de su manera de ejecutarlo, de cómo ve la música. Y es de la escuela bandoneonística rosarina, que ha sacado tantos maestros. Es increíble, pero me lleva casi 50 años. A lo mejor hoy tengo otras concepciones cuando hago mi música y arreglos, pero fue un aprendizaje tremendo hacer el disco con él. A veces estábamos ensayando un tema que para mí estaba perfecto, pero él decía ‘esto hay que cambiarlo’; para mis adentros yo pensaba ‘¡no, Cholo, no lo cambies!’. Pero lo cambiábamos. A la vez siguiente que lo tocábamos, me daba cuenta de que había quedado mucho mejor. Ahí hay una claridad musical impresionante”. Por su parte, Montironi recuerda escucharlo a Tessa “cuando tenía su Quinteto de Guitarras. ¡Qué bien tocan estos muchachos!, pensaba. Eran cinco y leían los cinco, cuando es raro que el guitarrista lo haga, es habitual que toquen de oído”.

Al disco lo edita Melopea, de manera que el nombre de Litto Nebbia surge bienvenido. “Fue la frutilla del postre”, dice Tessa. “Fue mucho trabajo ir grabando de a poco los 15 temas, también con la postproducción, al elegir las mejores tomas. Cuando casi tuve todo listo, pensé ‘¿de dónde saco la plata para editarlo?’, porque el Cholo quería tenerlo en físico. Conseguí el mail de Litto y me contestó enseguida: ‘Si está el Cholo, por supuesto que lo vamos a editar’. Y otra cosa, Litto enseguida se prendió y me propuso agregar dos grabaciones del Cholo del ’94. Son los bonus tracks que figuran. El disco cerró de mil maravillas y el Cholo se puso muy contento con la inclusión de esas grabaciones”.

Las inclusiones extra son “Petichango” y “Sublime fantasía” (éste con la participación de Antonio Agri). Montironi recuerda que “con Litto Nebbia tocamos juntos dos temas acá, en una reunión con músicos de todo el país, en el Atlas. Esa noche me dijo: ‘cuando vengas a Buenos Aires quiero que grabés’, así que me acordé y se lo dije a Tessa: ‘intentá hablarlo porque cuando vino acá, con el Sindicato de Músicos, fue un aplauso tremendo que a él le cayó muy bien’. Yo fui amigo del papá, Félix Ocampo, un gran cantante, cantaba cosas melódicas, una barbaridad, y la mamá tocaba el piano en la Orquesta Típica de Señoritas que había en el bar Los Colonos, que estaba en la estación Rosario Norte”.

FUENTE: Página 12 por Leandro Arteaga

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