6 de diciembre Día Nacional del Gaucho

En conmemoración de la publicación de las obras El Gaucho Martín Fierro (1872) y La vuelta de Martín Fierro (1879), escritas por el autor argentino José Hernández, se celebra el 6 de diciembre el Día Nacional del Gaucho.

En 1872 José Hernández escribió el poema narrativo El gaucho Martín Fierro, una obra que muestra a uno de los personajes más representativos de esta parte de la región. El autor puso su empeño en defender a los paisanos de las injusticias cometidas contra ellos. Por eso, en conmemoración a esa publicación, cada 6 de diciembre se celebra el “Día Nacional del Gaucho”, con el objeto de rescatar y difundir las manifestaciones culturales gauchescas.

La fecha se oficializó el 15 de diciembre de 1993, a través de la ley N.º 24303. El Decreto 1096/96, como parte de esa ley, dispone la creación de una Comisión Nacional del Gaucho, en el ámbito de la entonces Secretaría de Cultura de la Nación, para realizar acciones y eventos conducentes a la celebración del “Día Nacional del Gaucho”.

La obra cuenta la historia de un gaucho de la región pampeana al que la injusticia social del contexto histórico lo vuelve un gaucho matrero (fuera de la ley). Narra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho.

¿A quién se conoce como gaucho en la Argentina?

Es el habitante característico de las llanuras y zonas adyacentes, identificado por su condición de hábil jinete y por su vínculo con la proliferación de vacunos en la región, así como por las actividades económicas y culturales derivadas de ella, en especial la del consumo de carne y la utilización del cuero.

El historiador e investigador del CONICET, Ezequiel Adamovsky, autor de “El gaucho indómito” analizó: “El gaucho fue primero un emblema de las clases populares y más tarde un símbolo de argentinidad. Se transformó en lo primero principalmente por haber sido desde muy temprano una voz crítica respecto de los poderosos, una figura rebelde que se sustraía a la ley de los de arriba y denunciaba que era injusta. A fines del siglo XIX, es también el gaucho que combate con su cuchillo a militares y policías. El que da muerte a los representantes de un Estado injusto. A más tardar para la década de 1880, si no antes, el gaucho está consolidado como héroe popular con esos atributos. Tenía ya entonces también otros: la virilidad, el apego a las tradiciones camperas, la simpleza, la musicalidad, la lealtad con los amigos, el desinterés.

Fue la enorme popularidad de la figura del gaucho entre las clases populares la que terminó forzando a que fuese tomado también como emblema de lo argentino por las élites y, finalmente, por el propio Estado. Esa historia es más conocida: fue Leopoldo Lugones, intelectual de derecha, el que construyó la idea de un gaucho patriota, ligado al esfuerzo militar independentista, en su obra sobre los gauchos de Güemes primero y en las conferencias de 1913 en las que, por primera vez, propuso que el poema Martín Fierro –hasta entonces una historia más entre las decenas de historias de gauchos rebeldes que leía el bajo pueblo– fuese considerado el gran poema nacional, nuestra Ilíada, nuestro Cantar del Mío Cid o nuestra Chanson de Roland. La propuesta de Lugones fue tomada con cierta frialdad al principio y el Estado finalmente patrocinó un culto oficial al gaucho a partir de fines de la década de 1930. Este gaucho que se santificaba era muy diferente: era ante todo patriota de bandera y gesta militar, viril, criollo, tradicionalista. La faceta rebelde quedaba soslayada, junto con la crítica a los de arriba”.

FOTO: Pagos de Areco

FUENTE: Ministerio de Cultura de la Nación

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